Zoritxarrez, asko dakigu Baltasar Garzonen
inguruan; zoritxarrez, gure adiskide asko haren eskuetatik eta haren erabaki
judizialetatik igaro dira, aurpegia ubeldurik, bihotza minduta, torturak
kateatuta.
Hargatik, gizon honen gaineko edozein
iruzkin maitagarri, edozein keinu maitakor, okerreko bidetik irentsi ohi dut.
Bi Garzon bistaratzen ditut, bi irakurketa desberdin, bi asmo bestelako.
Salbatzaile eta hiltzaile. Ekaitz perfektua.
El juez Baltasar
Garzón no se merece ni media línea dentro de esta vitacora de Dortoli pero no
he podido evitar soltarme tras encontrarme en el diario “ El Ciudadano” una corta entrevista que le realizaron en una
de sus visitas a Chile.
Sabemos que en
Chile Garzon es sinónimo de justicia, paz, reconocimiento. Sabemos que en Chile
se ha derramado mucha sangre y que hay 17 años de oscuridad en la historia
reciente de este país. Entiendo que está saliendo de las catacumbas en las que
estuvo sumergido, aún no ha pasado tanto tiempo para olvidar y la justicia,
permitanme, baila a un ritmo caribeño capaz de desesperar a cualquiera. Y lo
digo con conocimiento de causa y respeto absoluto, que para ineptitud y letargo
ya tenemos a la justicia española, incapaz de hacer frente y reconocer a víctimas
y desaparecidos del régimen franquista. Ojo que en España han pasado ya el
doble de años desde que entramos en el falso camino de la democracia y estamos
más desnudas que reconocidas. Pero ahí vamos caminando gracias a iniciativas
sociales y perseverancia.
Lo que me ha
empujado a escribir esta columna ha sido la impotencia con la que he leído su
reportaje. El diario al que guardo simpatía
y con el cual comparto parte de su línea editorial me ha sorprendido por la
falta de rigurosidad informativa. Que este hombre
haya llevado a los tribunales a Pinochet y otros personajes protagonistas de
algunas de las dictaduras de América Latina no significa que este individuo
crea en la justicia y en el derecho de la ciudadanía. No es el salvador de
nadie porque no lo hace por la gente,
no lo hace porque crea en lo que es justo; lo hace por darle un remojón
a su ego y por escalar unos peldaños más hacia su gloria particular.
No voy a opinar
sobre la relación establecida entre hombres y mujeres de izquierda y progresistas
que muestran su simpatía y cariño por Garzón; no voy a juzgar la unión
político-emocional creada entre Chile y Garzón. Me voy a limitar a hacer
memoria y recordar el calvario que ha supuesto la presencia de este personaje
en muchas de las decisiones judiciales tomadas por el Gobierno español en
referencia al conflicto vasco en general, y a Euskal Herria y sus habitantes,
en particular.
Así, menciono el
cierre de algunos medios de comunicación bajo el pretexto de combatir el
terrorismo de ETA. Detrás de ésta excusa no se encuentra otro objetivo más que
el de perseguir cualquier voz disidente o crítica con el Estado español.
De golpe y
porrazo ordenó clausurar el diario y la radio Egin. Hoy día la causa esta archivada y los daños y pérdidas
generadas por esa decisión, así como sus consecuencias, jamás han sido asumidas
por nadie. La editorial Ardi Beltza
también fue censurada con más pena que gloria y clavó un puñal al euskara
cuando ordenó clausurar el único diario en lengua vasca que se imprimía,
alegando que financiaba económicamente la actividad de ETA. Estamos ante una
vulneración del derecho a la libertad de expresión. Pero aquí no pasa nada,
sabéis? El euskara se comió otro golpe duro cuando acusó a AEK (coordinadora de euskaldunizacion y alfabetización de adultos) de fraude a la Seguridad Social, además de intentar vincular una y otra vez a esta organización con ETA.
Después, en el plano político, este señor se
marcó uno de los tantos más vergonzosos que se han visto en materia judicial
cuando ilegalizó a Batasuna, un partido político legal y legítimo que era
respaldado por un una parte de la sociedad vasca a la que también le faltó
al respeto cuando decidió quitarles el derecho a voto. La falta de
transparencia y la gravedad de la propia decisión comenzaron a levantar
suspicacias a nivel internacional y comenzaron a llegar las primeras dudas
respecto al quehacer del Gobierno de turno, pero todos los que han gobernado el
país de la pandereta han ido haciendo oídos sordos a cualquier crítica o
pregunta que les han formulado en referencia al mal llamado conflicto vasco: yo
más bien diría que el conflicto es español ( y francés). En cualquier caso, la
ley ( y su política) antiterrorista estaba dando frutos.
Y entramos en
una espiral llena de dolor donde se han
invisibilizado casos de torturas, donde
comienza la persecución de agrupaciones sociales, juveniles y políticas
argumentando que se trata de “el entramado de ETA”. Resulta que en un momento,
cualquiera podía ser parte de ese entramado, cualquiera podía ser ETA, era tan
absurda la argumentación esgrimida para criminalizar cualquier iniciativa.
Entonces, frente
a toda esta historia que a duras penas podemos sostener de tanto daño que ha
causado, no puedo más que enojarme al leer al rey judas un discurso
absolutamente ajeno a lo que nos ha tocado vivir; cuenta que no se debe mezclar
la lucha mapuche con el terrorismo, que se deben respetar los
derechos fundamentales de todos los pueblos, que hay que ser cautos y responsables a la hora de
utilizar la Ley Antiterrorista, que mejor aplicar el Estado de Derecho, que no se puede criminalizar a todos los
mapuche, sería como decir que todos los vascos son ETA, que bla, bla, bla…
He cerrado el
diario. He sonreído de rabia y me he vuelto a dar cuenta que él sigue teniendo mucho
poder, por eso me he permitido el lujo de cagarme en su sarcasmo y oportunismo
con esta humilde entrada y en este humilde blog. A mi no me leen cientos, ni
miles, como mucho algunas docenas de curiosas y despistados pero lo suficiente
como para darme un empujoncito y animarme a seguir contando, no vaya a ser que
de tanto oir mentiras, estas terminen convirtiéndose en verdades
Entrevista a Baltasar Garzon. Diario de Chile " El ciudadano"